La saliva es una substancia a la que estamos habituados y sin embargo le prestamos muy poca atención. Constituye uno de los elementos fundamentales que garantizan la buena salud bucodental. Así, tanto un exceso, como escasez de ésta pueden ser síntomas de algún problema mayor, acarreando graves consecuencias.

El volumen de saliva diaria que una persona adulta produce es alrededor de 1.500ml. Aunque la cantidad de saliva que se encuentra en la boca, varía a lo largo del día, ya que el flujo salival se ve influido por diferentes factores.

Para poder entender cuán de importante es, has de tener en cuenta todo lo que la saliva hace por ti diariamente. La saliva…

-Previene de bacterias. Tiene la capacidad de arrastrar bacterias de tu boca, evitando que se estanquen y reduciendo el riesgo de gingivitis o caries.
-Limpia tu cavidad bucal. Al igual que con las bacterias, arrastra cualquier microbio que pueda estar alojado en la boca.
-Ayuda a cicatrizar. Seguramente hayas escuchado eso de que “la saliva cura”. Efectivamente, ante llagas y rozaduras la saliva tiene un poder cicatrizante que permite curar esas heridas leves. De hecho, por algo los animales tienen a lamerse las heridas.
-Lubrica y regula el pH de la boca.
Fortalece el gusto. Gracias a ella puedes percibir con mayor intensidad los sabores.
-Refuerza el esmalte de tus dientes.
-Tiene la capacidad de detectar enfermedades como el cáncer oral e incluso la diabetes.
Prepara los alimentos para la deglución. La lubricación del bolo alimenticio evita que en su tránsito erosione las mucosas, y mejora la digestión.

Como puedes comprobar, sin ella sufriríamos bastantes problemas, además de que es un buen indicador ante otras enfermedades. Entonces, ¿qué es lo que necesitas saber para detectar una producción anormal de saliva?

Ante todo, hay que tener en cuenta los motivos por los que se puede dar una alteración de la producción de la saliva. Existen dos principales:

La xerostomía, o el síndrome de la boca seca. Este trastorno es frecuente en personas mayores de 50 años. Aproximadamente un 20% de la población lo sufre. Se trata de la sequedad de la boca, causada por una disminución o ausencia de la secreción salival.

Cabe destacar, que la xerostomía no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma que se presenta en otras condiciones patológicas. Según un estudio publicado en Scielo por los profesores Luca Monasterios y Roselló Llabrés, este síndrome es más frecuente en el sexo femenino, debido principalmente a los cambios hormonales asociados al embarazo o menopausia.

Así, las causas frecuentes son:

-Orgánicas. Diversas enfermedades como infecciones, diabetes o cirrosis pueden causar la sequedad bucal.
-Farmacológicas. Si estás tomando algún medicamento, te aconsejamos que mires los efectos secundarios. Algunos pueden causar xerostomía, siendo éste el motivo de la mayoría de los casos.
-Funcionales. La deshidratación, la pérdida de lóquidos, la diarrea o vómitos persistentes, so otros factores que pueden causar este síntoma.
-Otras causas. Consumir alcohol o tabaco puede reducir la saliva y generar sequedad.

La sialorrea, es el caso opuesto a la xerostomía. Se caracteriza por una producción excesiva de saliva. En los bebés se presenta como algo normal, especialmente cuando los dientes de leche comienzan a crecer. La hipersalivación se produce con un exceso de saliva en la boca, que ocasiona que se derrame por el labio inferior, generando lo que se conoce como “babeo”. Existen diversos grados, que dependen de si es intermitente o se prolonga con el tiempo.

Producir saliva de más, no es una enfermedad, pero hay que observarse, ya que puede ser un síntoma de una enfermedad rara o grave.

Las siguientes causas son las más comunes:

-Medicamentos. Puede que estés ingiriendo un medicamento que tenga efecto colinérgico, es decir, que te generen más producción de saliva.
-Afecciones neurológicas. Es común en personas que sufren enfermedades como el Párkinson, parálisis cerebral, entre otras muchas otras. Al tener una deficiente función, tanto de coordinación como de control del sistema nervioso central, no pueden controlar la liberación de saliva.
Las enfermedades virales también presentan este síntoma en sus inicios.
-Intoxicación. Por ejemplo, por plaguicidas, puede generar la aparición de sialorrea.
-Nutrición. Tener deficiencias nutricionales también puede hacer que segregues más salivación.

Si tienes alguno de estos síntomas, o ves que tu producción de saliva no es normal, nuestro consejo es que contactes con un especialista para detectar la causa que puede estar provocándolo. En García & Dómenech te explicaremos cada procedimiento para que cuándo salgas, lo hagas con la mejor de tus sonrisas.